Primera semana de adaptación en Grándola, una villa pequeña alentejana. El tiempo no me acompaña, el cielo no deja de llorar…parece que tiene mucha tristeza acumulada… No entiendo por qué? Todo alrededor no puede ser más lindo… las ramas de los limoneros y los naranjos casi llegan al suelo por el peso de sus frutos, la tierra bajo los árboles está tapada por los mantos amarillos y anaranjados, en cada patio - una explosión de mil colores… y eso en febrero!!! Y la gente!!!! Ayer fui a buscar un Continente, que está en la entrada del pueblo. Casi llegando empezó un pequeño huracán…jajaja…con mucha agua y mucho viento. Parecía yo Mari Poppins con la sombrilla, tratando no volar. Un viejito venía de frente ¨si vas a Alcaser, vira la sombrilla en dirección del viento y llegas en un momentico¨! Humor alentejano. Me encantó! No pude no sonreír. Contra viento y marea…mejor dicho, contra viento y lluvia torrencial!
Dos días antes
de salir de Lisboa festejamos cumpleaños de mi suegra. Hice una pequeña cena.
Disfruten de una de las entradasJ.
Ingredientes:
90 ml de agua
45 g de mantequilla
80 g de harina
2 huevos clase L
Pisca de sal
Para el relleno:
150 g de salmón ahumado
20 g de alcaparra
250 g de queso Philadelphia sabor de
salmón
1 cuchara de mayonesa
Precalentamos
el horno a 200°.
La harina la tamizamos y reservamos.
Ponemos en un cazo antiadherente
el agua, la mantequilla y la sal. Removemos constantemente con una cuchara de
madera a fuego medio hasta que esté todo bien integrado.
Cuando rompa a hervir añadimos la harina de a pocos removiendo constantemente. Cosemos por unos instantes más a fuego medio—lo justo para que se integre bien.
Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe un poco. Después añadimos uno a uno los huevos, removiendo constantemente con la cuchara de madera o con las varillas. No se puede añadir el siguiente huevo hasta que no esté bien integrado el anterior. Al terminar, vertemos la pasta en una manga pastelera. Sobre papel de hornear ponemos pequeñas porciones de masa. Horneamos unos 20 minutos o hasta que crezcan y se doren bien. Yo a los 15 minutos cambie el régimen del horno para el grill, dorándolos así bien. Muy muy importante, no abrir la puerta del horno todo el tiempo del horneado, porque la masa se desinflaría. Cuando termina de hornear, bajamos la temperatura, abrimos un poco la puerta, y dejamos que se vaya enfriando de a poco.
Cuando rompa a hervir añadimos la harina de a pocos removiendo constantemente. Cosemos por unos instantes más a fuego medio—lo justo para que se integre bien.
Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe un poco. Después añadimos uno a uno los huevos, removiendo constantemente con la cuchara de madera o con las varillas. No se puede añadir el siguiente huevo hasta que no esté bien integrado el anterior. Al terminar, vertemos la pasta en una manga pastelera. Sobre papel de hornear ponemos pequeñas porciones de masa. Horneamos unos 20 minutos o hasta que crezcan y se doren bien. Yo a los 15 minutos cambie el régimen del horno para el grill, dorándolos así bien. Muy muy importante, no abrir la puerta del horno todo el tiempo del horneado, porque la masa se desinflaría. Cuando termina de hornear, bajamos la temperatura, abrimos un poco la puerta, y dejamos que se vaya enfriando de a poco.
Cuando
los pastelitos se enfríen completamente,
los picamos por la mitad y rellenamos con queso Philadelphia mezclado con una cuchara
de mayonesa. Adornamos con pedacitos pequeños de salmón ahumado y alcaparras.
La
receta original llevaba queso para untar cualquiera con rábano picante
(krienai)… pero yo decidí sustituir con algo más aceptable para el paladar
portugués, y no me equivoque. De esta pequeña cantidad de masa salieron 26 pastelitos
de tamaño muy normal. Quedaron muy muy ricos. Merecen la pena a probarlos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario