La vida como una ruleta da
tantas vueltas…nada más te acostumbras a algo, miras - ya cambio todo. Y de
manera totalmente opuesta. Todavía hoy
me recuerdo este sentimiento de cansancio crónico cuando nació Ani.
Universidad, estudios de madrugada para no perder el año, exámenes, dormir de
dos a tres horas diarias, y llanto de mi chiquita en el momento exacto que yo cerraba los ojos. Era mi despertador a
cualquier hora. Me parecía que no dormía nunca.
Nada más llegamos a sincronizar nuestros relojes biológicos, vino Evi,
de nuevo imponiendo a toda la familia horarios diferentes. Tuvieron que pasar unos
cuantos años para despertarlas yo a ellas…y no ellas a mí. Como despertamos a
un niño? Con un beso, cosquillas, desayuno a la cama…o todo junto… Adoraba y
sigo adorando llevarlas su desayuno en bandeja y despertarlas con un beso y dulce
olor a tortitas y te de manzana y canela. O café con leche, o chocolate. Solo
no cambian las frituritas. Ellas son la parte imprescindible de los ´´desayunos
de mama´´.
Ingredientes:200 gr de requesón
1 huevo
1 cuchara de harina
Una pizca de sal
Manteca de coco para freír
Mezclamos bien el requesón, el huevo batido previamente, la harina y la sal. En
el fuego medio calentamos la sartén con
dos cucharas de manteca de coco. Con una cuchara, en porciones pequeñas, ponemos
a freír la masa. Freímos tres minutos más o menos por cada lado. Da para dos porciones. Servimos con
miel, chocolate, crema de leche agria, azúcar, o simplemente con nuestro dulce
de frutas preferido. Yo preferí dulce de frambuesa…. MmmmmJ
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