Cuando llegué por primera vez a
Cuba…estaba en shock… No es para menos…de invierno a verano… de relativa
abundancia a total miseria… de ventanas con cortinas de encaje a enrejadas,
tipo cárcel… así es… me sentía como en una cárcel… con muchas obligaciones y
sin ningún derecho… pero dentro de toda esta desgracia, como rayito de sol
entre las nubes tropicales, aparecieron amistades, que hasta hoy las
recuerdo con mucho cariño y agradecimiento. La primera fue Irina, mi vecina… una
mujer de excepcional fuerza de espíritu y grandeza de alma. Es ella que corría
a preparar un vaso de té, cuando se desbordaba mi ¨presa¨ particular de
lágrimas, llevándose todo por delante… fue con ella, con quien podía
desahogarme, y fue ella también quien me dio mis primeras lecciones verdaderas de cocina. Hasta hoy borshch hago a su manera
y también a su manera prefiero a la
berenjena.
Ingredientes:1 berenjena grande
2 cebollas
1 cabeza de ajo
2 pimientos
5 tomates
2 hojas de laurel
100 ml de aceite
Sal y pimienta molida al gusto
Picamos
la berenjena en cuadraditos, ponemos en un recipiente, echamos una mano llena
de sal gruesa por encima y lo dejamos una media hora. La sal hace que la berenjena suelte el líquido
y le quita el sabor amargo.
Los pimientos,
los tomates, el ajo y la cebolla pelados los cortamos en cuadrados y los ponemos
a sofreír con aceite en una olla de fondo grueso.
Lavamos
bien la berenjena y la agregamos a la olla. Echamos el laurel. Ponemos la tapa
y estofamos las verduras, removiendo a cada rato, por una hora. Si falta
humedad, agregamos agua. Al final ponemos sal y pimienta a gusto.
Irina pasaba
todo por el colador reduciendo a un puré fino. Me gusta así mismo, con
pedacitos. Se come caliente o frio…como acompañante para las carnes, o como
merienda con el pan.
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