jueves, 28 de noviembre de 2013

Terina de hígado de pollo


Una receta diferente de pate de hígado de pollo…esta vez horneado. Queda más suave, más requintado, jajaja, para variar!

Ingredientes:
500 gr de hígados de pollo
350 gr de panceta
1 cebolla
3 huevos
200 ml de natas
½  cucharadita de nuez moscada
1 cucharadita de pimentón ahumado
Sal y pimienta molida al gusto
Un puñado de arándanos
1 cuchara de harina

Picamos en pedacitos pequeños la cebolla y la panceta, las sofreímos juntas. Echamos el sofrito en el vaso de un procesador de alimentos, agregamos los higaditos lavados, limpios y secos, los huevos, la nata, la nuez moscada, el pimentón, la sal y la pimienta y lo batimos bien todo. En esta receta no deben ahorrar en sal.
Precalentamos el horno a 180° C.
Forramos el molde con papel para hornear. Vertemos el preparado dentro del molde. Mezclamos los arándanos con la harina y los echamos por encima del preparado de hígado.  Horneamos una hora.
Quedo sabrosoooooooo! Se come frio. Yo, claro, no pude esperar hasta que se enfriase. En las fotos se nota, que está acabado de sacar del hornoJ. Combina de maravilla con pan tostado y pepinos encurtidos…mmmmm

 

Galletas de noche buena (Kūčiukai)


Semilla de amapola. Es una semillita minúscula que en las navidades se convierte en reina de todas las mesas de lituanos. Con estas semillitas hacemos galletas, dulces, panes, tortas… y hasta sopasJ.  Gusto adquirido, como dice mi media naranja. Sabor de infancia, de buenos recuerdos, sabor que compartíamos con la gente querida, con los que admiramos y extrañamos. 
En cada hogar lituano entre noviembre y diciembre varias veces se hornean galletitas de noche buena con las semillas de amapola. No son dulces, son pequeñitas y viciantes jajajaja.

Ingredientes
500 gr de harina
25 gr de levadura fresca
1 huevo
250 ml de leche
2 cucharas de semillas de amapola
2 cucharas de azúcar
2 cucharas de aceite
1 pisca de sal
Tamizamos la harina. Calentamos la leche a temperatura de ambiente y agregamos la levadura, el azúcar, la sal, el huevo y el aceite. Batimos todo hasta que la levadura se disuelve completamente. Agregamos la mitad de harina y las semillas de amapola, mezclamos bien. Tapamos con un paño el recipiente con la masa y ponemos a levar en un lugar cálido por una hora más o menos.  Pasado el tiempo agregamos el resto de la harina, amasamos la masa por unos diez minutos, o hasta que quede uniforme y no se pegue a las manos. Si falta algo de harina, agregamos. De nuevo dejamos a levar por una hora u  hora y media más. Pasado el tiempo, hacemos unas tiritas de la masa y cortamos en pedacitos de un centímetro. Horneamos a 200° C 20 minutos aproximadamente. Yo a los diez minutos abrí el horno y vire todas las galletitas, para que doren de los dos lados. Sencillas, ricas, y crean adicción… gusto adquirido…J


viernes, 22 de noviembre de 2013

Calabaza seca


Las lituanas somos campeonas en conservar, secar, guardar para el invierno. Frutas, vegetales, setas. Todo es  recogido, consumido, pero también guardado para los meses de frio y nieve. Yo crecí en los tiempos, cuando todos tenían pequeñas huertas, sin importar ni donde ni como vivían, cuando las mejores vacaciones pasábamos en el bosque recogiendo frambuesas, arándanos y setas. Y claro está, de mal humor, pero sin chistar íbamos a desyerbar surcos sin fin de patatas, remolachas y zanahorias.
Recuerdo la casa de mi abuela oliendo a manzana. Tiras larguísimas de ellas cortadas en rueditas, colgaban de un hilo al lado de estufa. No teníamos caramelos ni chocolates, pero si estábamos obligadas de comer peras, manzanas o ciruelas secas. Pensando bien, crecimos mucho más sanos y fuertes, no necesitábamos vitaminas a puñados, hasta con el clima  adverso. No había ni Pepsi ni Cola, pero la tradición de zumo de manzana todavía Evi y yo la manteníamos todos los años…y cuando no lográbamos de tomarlo todo…usábamos para cocinar.
Hace días estuve pensando que hacer con la inmensa calabaza, que me estaba sonriendo desde un rincón de mi cocina. No quería picarla…y al no poder usar toda enseguida correr el riesgo de perderla…. Eh! La receta perfecta para quien gusta de frutos secos, para quien se preocupa por la salud suya y de los suyos.

Ingredientes:
4 kg de calabaza picada
800 g de azúcar
2 naranjas
2 limas
1 cuchara de canela
Picamos la calabaza en pedacitos. Los míos eran más o menos de 1 cm x 3 cm. No hace falta hacer iguales ni mucho menos. Ponemos en un recipiente grande, echamos el azúcar, tapamos y dejamos por 12 horas. Pasado el tiempo colamos el líquido y dejamos los pedacitos de calabaza aparte. Al liquido agregamos la canela, el zumo de las dos naranjas y de las limas y ponemos a hervir unos 10 minutos, vertemos sobre los pedacitos de calabaza, tapamos y volvemos a olvidarnos de ellos durante las siguientes 12 horas. Yo empecé a preparar un día de mañana, por la noche herví el zumo (su cantidad me asombro, de los cuatro kilos salieron más de dos litros) y deje toda la noche. A la mañana siguiente puse todo, calabazas junto con el zumo, a hervir. No hace falta mucho, desde que empiece el hervor, unos cinco minutos, para que los pedacitos de calabaza no se ablanden. Los cole, los seque con las toallitas de papel y puse a secarlos en el horno.  La temperatura del horno debe ser 90 – 100 ° C, se pone la función con ventilador, se deja la puerta un poquitico abierta, para que salga el vapor. Seque 5 horas….
Bueno, a las cuatro horas ya estaban, como para chuparse los dedos…el catador principal hizo unos cuantos viajes entre el salon y la cocina para rellenar el plato… No hacía falta preguntar si gustó o no… Son realmente ricos. Se puede pasar por el azúcar glasé, pero creo que no hace falta, azúcar adicional…calorías demás…para qué?

 

martes, 19 de noviembre de 2013

Macarons


La palabra a la orden los últimos días es frio.  Y no es que lo haga. En comparación con Marijampole o Madrid, o Dublín estamos mucho mejor. En la calle … ahora dentro de la casa brrrrrrr, no me acostumbro. Fue una de las ´´brillantes´´ decisiones del dictador construir las casas sin ventilación ni calefacción. ´´No hace falta! Portugal tiene una posición geográfica privilegiada, en el verano no hace calor, en el invierno frío´´. Será, que en sus tiempos no lo hacía? O es que él no lo sentía?
Yo me salvo cocinando, horneando o inventándome tareas.  Faltan comensales para todo lo que hago…  bueno, sólo por ahora. En menos de un mes  a nuestra equipa se va incorporar un cuarto bate con la cucharaJ. Estoy entrenando, para estar a su altura, cuando llegue.
Ingredientes:
Para macaron
100 gr de claras de huevo
50 gr de azúcar
100 gr de almendras molidas
200 gr de azúcar glas
Para crema:
100 gr de chocolate blanco
2 cucharas de natas
Unos días antes de hacer los macarons debemos separar las claras de los huevos de las yemas para envejecerlas. Yo hice hace cuatro días, pero se puede hacer hasta una semana antes. Guardé las claras en la nevera y saqué un día antes, para que en el momento de batirlas estén a temperatura de ambiente.
Antes de empezar hacer los macarons, debemos forrar las bandejas con papel de hornear. Con la ayuda de Paint imprimí unas hojas A4 con círculos de 3 cm de diámetro y las puse entre la bandeja y el papel de hornear para que me sirvieran de guías.
Para preparar la pasta de almendras tamizamos las almendras molidas, mezclamos con azúcar glasé y volvemos a tamizar. Yo para mezclarlas bien utilicé el procesador de alimentos.
Batimos las claras con el azúcar hasta que estén a punto de nieve. Para saber cuando están podemos utilizar el truco de darle la vuelta al recipiente donde se baten, estas no deberían caerse...y si no están y se caen? Otra manera de saber que las claras ya están en su punto, hacer picos. Deben quedar firmes.
Para unir las claras batidas con la pasta de almendras, a esta última vamos agregando de a poco las claras y las vamos incorporando con movimientos envolventes, moviendo la espátula desde el fondo hacia arriba y desde los bordes hacia el centro del recipiente. Para saber cuando la masa de macarons está lista, levantamos la espátula llena de masa y dejamos caer la mezcla, estará lista cuando la masa cae formando una cinta.
Si deciden agregar color, es este el momento de hacerlo. Yo tengo mucho respeto por todas las cosas artificiales brillantes. Me encantan mis macarons naturalesJ.
Una vez terminada la masa, la ponemos en la manga pastelera y rellenamos los circulitos de la plantilla. Damos unos golpes secos con la bandeja en la mesa, para que salga el aire, que quedo dentro de los macarons y los dejamos secarse. Yo dejé más o menos por una hora.
Precalentamos el horno a 180° C.
Para hornearlos bajamos la temperatura a 150° C. Horneamos por 15 minutos. Una vez cocidos, retiramos la bandeja del horno y dejamos los macarons para que se enfrían.
Para el relleno picamos el chocolate, agregamos las natas, calentamos en el baño María o en el microondas hasta que se disuelve, mezclamos bien y dejamos para que refresque. 
Con una cucharita ponemos el relleno de chocolate blanco sobre la galletita y tapamos con la otra. Dicen, que hay que dejarlos por lo menos un día en la nevera antes de comerlos. Demasiado suplicio.  Ya los probé! Mmmmmm… Espectaculares!!!!!!!!!!!!!


lunes, 18 de noviembre de 2013

Galletas de avena


El año pasado a esta altura estábamos dando algunos retoques a nuestra casa, para poder mudarse antes del año nuevo. Fue todo corriendo, en dos meses un lugar que tenía solo paredes y techo convertimos en un hogar familiar. Nadie podría creer que lograríamos,  yo misma a veces perdía la fe. Pero…el veintiuno de diciembre nos mudamos y el veinticinco recibimos primeras visitas…jajaja…menos mal que eran familia…tan tan familia, que aguantaron colchones inflables, ayudaron armar los muebles, sacar los libros de las cajas, entramos en  el año nuevo com el pie derecho, los anillos de oro dentro de las copas de champán...y avisados por los vecinos porque todavía no teníamos la TV… Fué interesante y diferente…
Por eso, este año, nada más sacaron en las tiendas primeros adornos navideños, yo supe, que quiería el arbolito de navidad ya! Ahora mismo! Con luces, adornos, con preparativos, con alegría, con todo todo que crea esos sentimientos y estados de ánimo especiales, únicos, NAVIDEÑOS.
Y como el año pasado a esta altura me había declarado arquitecta, constructora, encargada de obra, capataz, ayudante de albañil, carpintero, electricista, plomero, pintor  y todos los demás…este año me declaro cocinera, pastelera, dulcera…J
Ingredientes:
150 gr de avena
100 gr de harina
50 gr de coco rallado
100 gr de azúcar
100 gr de mantequilla a temperatura de ambiente
2 huevos enteros
3 yemas
½ cucharadita de polvo de hornear
Batimos la mantequilla  y el azúcar hasta que cambie de color, uno a uno agregamos los huevos y las yemas y seguimos batiendo un par de minutos más.  Con el procesador de alimentos molemos la avena, debe quedar como una harina. La mezclamos con la harina, el polvo de hornear y el coco rallado. Unimos las dos mezclas, amasamos y dejamos reposar dentro de la nevera por una hora.
Pasado el tiempo, con las manos mojadas, hacemos bolitas del tamaño de un huevo de codorniz, aplastamos ligeramente y ponemos en la bandeja de hornear, previamente forrada con el papel de hornear.
Precalentamos el horno a 190° C. Horneamos 15-20 minutos.
 
Me salieron dos bandejas. Primero hice galletitas simples… haciendo segunda bandeja decidí jugar un poco…y las rellene con dulce de fresa. Quedaron…mmmmm… se acabaron en un instante…la próxima vez las voy a rellenar de mermelada de guayaba o de dulce de coco. Todas.  Dos sabores de la infancia de mis hijas.

 

 

viernes, 15 de noviembre de 2013

Chenakai


Hace poco leí en algún lugar una discusión muy “importante“ sobre qué es la comida nacional. Es obligatorio, que su procedencia sea de este país, o solamente que sea muy usada en la cocina nacional, o por la mayoría de los habitantes del país. Bueno...las patatas son de Perú, pero es la base de cocina lituana. Creo que algo así pasa con los chenakai, ya que, si no me equivoco, su procedencia es georgiana, pero en el Báltico se come como comida nacional. Realmente me alegro mucho, que tengamos algo en común con los georgianos. Me alegraría mucho más, si cada día existieran menos diferencias y más cosas en común entre todos los pueblos. Y no solo en la comida de cada día....
Chenakai se preparan en recipientes pequeños de barro. En Lituania venden en todos los lugares, pero aquí fue bastante difícil de encontrarlos o adaptarlos. La solución... no ideal pero posible... recipientes de barro para sopa de cebolla. Son más pequeños y no tienen tapa, pero para el sabor del plato no tienen ninguna influencia.
Ingredientes para cuatro recipientes pequeños:
400 gr de carne de cerdo
2 zanahorias
3 patatas
1 cebolla grande
2 tomates
4 hojas de laurel
4 cucharas de pasta de tomate
4 cucharas de crema agria
4 clavos de olor
Sal y pimienta, tomillo seco al gusto
                Picamos la carne en pedacitos medianos, pelamos los vegetales, picamos las zanahorias y las patatas en cuadritos pequeños, la cebolla en cuatro partes y los tomates a la mitad.
Primero, a cada recipiente ponemos las patatas, por encima – la carne, después las zanahorias, arriba de todo la cebolla y los tomates, agregamos una hoja de laurel, una cuchara de pasta de tomate, una cuchara de crema agria, sal, pimienta, tomillo seco y clavo de olor (Ani me enseñó a pinchar con el clavito la cebolla, para después el plato sea más fácil de sacarloJ). 2/3 partes del recipiente rellenamos con agua, los tapamos (yo invente unas tapas con el papel aluminio) y ponemos a hornear a 200° C por una hora y media.

 
Cuando estén hechos, los sacamos del horno, los dejamos unos diez minutos para que se refresquen y lo mezclamos todo. Podemos comerlos con una cuchara en los recipientes donde se hicieron.

 
Algunos consejos:
-          No coloque los recipientes de barro en el horno caliente. La cerámica durará más si se calienta poco a poco. Así que lo mejor es precalentar el horno con los recipientes de barro dentro.
-          Antes de utilizar los recipientes de barro déjenlos  por algún tiempo dentro de agua – el plato será más jugoso.
-          Haciendo chenakai los recipientes se colocan sobre una bandeja de horno, porque casi siempre se derrama el líquido.
-          Después de hornear, pongan los recipientes calientes de barro sobre una superficie de madera, nunca sobre una superficie fría o mojada.
-          Para los chenakai utilizamos carnes magras. Para dar más sabor se puede agregar unas tiras de tocino frito, crema agria, mayonesa o queso rallado.

 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Pastelitos de patata y carne



Ya dije que la comida en Lituania es a base de patata? Si si si! Ya sé, que es un gusto adquirido…así dice mi marido…pero para mí es difícil entender, cómo a alguien le puede no gustar el pastel de patata, por ejemploJ… Bueno, debe ser de la misma manera, que me aborrecía el arroz con frijoles… no fue amor a primera vista, ni a la segunda…ni a la milésima…Tuvieron que pasar años y años, hasta que logré disfrutar el arroz… primero en risotto, después en congrí, o gallo pinto como dicen mis amigos en Costa Rica. El arroz blanco hasta el día de hoy lo como por obligación y con reservasJ.
Y como mis hijas se sienten ante todo lituanas, cuando se reúnen ellas, o vienen conmigo, primero…y casi exclusivamente van las comidas típicas lituanas. La semana pasada fue semana de degustación! Verdaderamente nuestra!
Ingredientes:
Para la masa
1 kg de patata
100 gr de harina
150 gr de maicena de patata
2 huevos
Sal al gusto
Para el relleno
300 gr de carne de cerdo hervida o asada
1 cebolla
1 cuchara de mantequilla ghi
Sal y pimienta al gusto
1 taza de pan molido
La carne la molemos con la máquina de moler carne o la picamos con el procesador de alimentos, le echamos sal y pimienta. Cortamos la cebolla en cuadritos y la ponemos a sofreír con la cuchara de mantequilla. Cuando adquiere un color traslucido, le agregamos la carne molida o picada y seguimos sofriendo por un par de  minutos más. Lo dejamos para que se enfríe.
Las patatas se hierven con la cascara y un puñado de sal. Cuando se enfrían lo suficiente, para pelarlas sin quemarnos las manos, las pelamos y las hacemos puré, con unos pocos movimientos del machacador de patatas. Agregamos los huevos, la sal, la harina y la maicena y lo envolvemos bien todo. Si queda algo pegajosa la masa, que no todas las patatas son iguales, puede faltarle algo de almidón, por lo que le agregamos un poquito más de maicena de patatas. Después, con las manos mojadas, tomamos una porción de masa, hacemos una bola, la aplastamos por el medio, la rellenamos con una cuchara de masa de carne y formamos el pastelito. Los pasamos por el pan rallado y los ponemos en una bandeja de horno previamente forrada con papel de hornear.
Precalentamos el horno a 180° C y horneamos por unos 30-35 minutos, o hasta que adquiera una superficie doradita.
Los servimos con crema de leche agria, yogurt griego o salsa de bechamel!
En Lituania realmente se llaman frituras y se fríen en una sartén con un poco de aceite o manteca, pero como nosotras nos queremos mucho, no contamos las calorías, pero si evitamos las innecesarias, así que lo hicimos en el horno. Quedaron sabroooooosooooooos! Mmmmmmm!
 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Rollitos de pasas


Todos los horneados de masa con levadura fresca siempre, siempre, siempre me han parecido mágicos, que solo podrían lograrse con la barita mágica del Ada Madrina… o sacrificando uno de los deseos del pececito de oro… hasta que en la universidad me enseñaron la receta correcta, bien explicada… y los panecillos rellenos de carne, o col se convirtieron en el acompañamiento perfecto y fiel de las tertulias y tardes de té de las muchachas de nuestro grupo. No sé cuantas veces los hice, montón, burujón, a puñado… Ya volveré a hacerlos y los publicaré. Hoy quiero mostrarles otra delicia, que la semana pasada mi chiquitica y yo nos comimos con un te de cerezaJ.
Ingredientes
Para la masa
400 gr de harina
100 gr azúcar blanca
50 gr de mantequilla
4 huevos
25 gr de levadura fresca
¼ de cucharita de sal
50 ml de leche
1 cucharita de vainilla
Para el relleno
50 gr de mantequilla
100 gr de uvas pasas
50 gr de azúcar mascabada
En un bol echamos la leche tibia con la levadura y batimos bien hasta que la levadura se disuelva completamente. Agregamos la mitad de la harina, lo mezclamos y lo dejamos a que aumente su masa unas tres horas a temperatura ambiente: 28-30° C.  Es demás decirles, que en otoño es difícil lograr esta temperatura dentro de la casa, por eso yo enciendo el horno a temperatura mínima, que es los 30° C y dejo el bol tapado dentro del horno. Así evito las corrientes de aire, cambios de temperatura…y me olvido de masa por un par de horas.
Pasado el tiempo agregamos el azúcar, la sal, la vainilla, la harina restante y los huevos a temperatura ambiente, los mezclamos bien y amasamos por unos 5-8 minutos, o hasta que logremos una masa homogénea. Por último se agrega la mantequilla derretida. Se hace una bola de masa, se tapa el bol y se vuelve a dejar que aumente la masa por una hora más.
Enharinamos la superficie de la mesa y el rodillo y extendemos la masa haciendo un rectángulo alargado.  Pincelamos toda la parte superior con mantequilla derretida, espolvoreamos el azúcar mascabado y las pasas previamente hidratadas.
Enrollamos la masa por el borde largo, como si estuviéramos haciendo un brazo gitano, con un cuchillo cortamos el rollo en rollitos de más o menos 4cm, los ponemos en la bandeja, previamente forrada con el papel de hornear, lo tapamos con una toallita de cocina limpia y dejamos reposar de nuevo unos 30-40 minutos.

Precalentamos el horno a 210° C.
Antes de ir al horno pincelamos los rollitos con mantequilla y espolvoreamos con azúcar mascabada. Horneamos 15-20 minutos.
Son…mmmmmmmmmmm… Se comen calientes con un vaso de leche fría….mmmmmm….con te….mmmmmm. Sabrosos! Si no se los comen acabados de sacar del horno, se puede congelar sin ningún problema y después calentarlos de nuevo en el horno.

martes, 5 de noviembre de 2013

Paté de hígado de pollo


Su abuela hacia pate muyyyyy a menudo. Recuerdo, que hervía unas cuantas horas la carne de cerdo junto con el hígado, unas zanahorias y unas cebollas con unas hojas de laurel y pimienta, y después era nuestra tarea pasar por la máquina de moler la carne una y otra vez, hasta que quedaba todo reducido a una pasta. Me gustaba muuuuchooo. Con pan negro y te, era mi desayuno preferido. Me gustaría hacer pate con frutos secos, naranjas, ciruelas…pero acá, en casa, ¨no se mezcla dulce con salgado¨, así que los pates gourmet quedan para alguna visita a Madrid, para nuestro consumo diario deberá ser algo más sencillo, rápido, pero también muy muy rico.
Ingredientes:
400 gr de hígado de pollo
100 gr de carne ahumada (se utiliza con la mayor cantidad de grasa posible. Si no hay a mano, se puede utilizar el bacon).
1 cebolla
1 zanahoria
100 gr de mantequilla ghi
100 ml de vino de Puerto, yo usé Ferreira Ruby,
½ cucharadita de tomillo
¼ de cucharadita de cardamomo molido
¼ de cucharadita de nuez moscada molida
Sal y pimienta molida al gusto
Limpiamos bien el hígado, quitamos todas las venitas, revisamos, que no tenga bolsitas de bilis, y si en algún lugar está manchado de verde, estos pedacitos los cortamos y los tiramos.
La carne ahumada y la cebolla  cortamos en cuadritos pequeños, rallamos la zanahoria.  En una sartén ponemos la mitad de la mantequilla ghi, agregamos la carne, la cebolla y la zanahoria rallada y sofreímos bien. Cuando los vegetales estén listos agregamos las especias, el hígado y el vino y ponemos a  estofar a fuego lento, un minuto sin tapa, para que se evapore el alcohol del vino, después tapamos por unos seis minutos, revisando para que el hígado no se cocine demasiado y no quede duro.  Cuando esté cocinado, lo echamos en el procesador de alimentos y trituramos bien. Ponemos el paté en un recipiente y por encima echamos mantequilla ghi restante derretida. Refrigeramos por un par de horas y voila! Está listo para comer!


lunes, 4 de noviembre de 2013

Frituras de corazones

 

Cuando mis hijas vienen de visita a mi casa trato compensarlas, como cualquier madre, por todo el tiempo que están lejos. Trato  de mimarlas con los platos de su infancia, los sabores que guardan en la memoria y en el corazón. Toda la semana pasada la pasé bailando en la cocina; mimando a mi chiquita, que  ya me saca una cabeza…!!
Ya he escrito que leche y sus productos en nuestra familia ocupan un lugar especial.  Yo crecí comiendo “quesitos” de requesón con chocolate en el lugar de caramelos y bombones y así traté de acostumbrar a mis niñas. Creo que lo logré… porque los bombones de chocolate que antes se comía Orinta, hija de mi primaJ, ahora casi siempre los uso en los pasteles. 
Me gusta poner el requesón dentro de la masa de frituras. Quedan mucho más suaves y esponjosas y puedo usar menos harina. 
 
Ingredientes
200 gr de requesón
3 huevos
125 ml de yogurt natural
3 cucharas de harina
1 cucharita de azúcar
Pisca de sal
Dos gotas de esencia de vainilla
1 cuchara de mantequilla ghi
¼ de cucharita de manteca de coco
 
Batimos los huevos con el azúcar, la sal y la vainilla, agregamos el yogurt, el requesón, la harina y la mantequilla ghi, mezclamos bien. Debe salir una masa con la consistencia parecida a la de la crema agria. Calentamos la gofrera de forma de corazones, la untamos con la manteca de coco y freímos las frituritas.
Son muy muy muy sabrosas! Se comen con cualquier confitura de frutas casera. Da para desayuno de tres comensales….o dos de ¨buen comer¨J.