Si las ensaladas se pudiesen
declarar patrimonio de la humanidad….las declararían! Para mi entender son la
octava maravilla del mundo. Me recuerdo con que impaciencia esperábamos por los
pepinos y los tomates en la huerta de casa…para que llegaran a su punto (por
recogerlos antes de tiempo nos llevábamos fuertes castigos…). Mi hermana y yo nos
hacíamos una gran fuente, nos sentábamos alrededor (``donde esta mi cuchara
grande`` dice Masha) y nos deleitábamos con su contenido: tomates, pepinos,
eneldo, crema agria…mi prima se recuerda de los rabanos con lechuga y
cebollino, mi amiga moldava de los tomates, los pepinos, la cebolla y los pimientos con aceite y
vinagre… los vegetales olían a verano, anunciaban las vacaciones del colegio, los
juegos, algún tiempo libre, despertarse tarde por las mañanas y el CALOR.
Después de casi nueve meces de frio, lluvias, nieve y oscuridad explotaban los
colores, los olores, la luz y la alegría!
Sin ensalada de vegetales (mishraine
en lituano) no pasaba ni una fiesta, ni un encuentro de la familia. Hacíamos
como mínimo de dos maneras: blanca y roja con remolacha. Para mí es el bien
mayor. Y hoy en día, con tanto calor abrazador y sofocante en la calle, lo que
más nos apetece a la hora de comer, es una ensalada fría.
Ingredientes
400 gr de bacalao400 gr de garbanzos
3 huevos
Aceite, vinagre de manzana, perejil, sal y pimienta al gusto.
Hervimos el bacalao y los huevos.
Dejamos descascar a los huevos y los picamos en pedacitos medianos. Le quitamos
los huesos al bacalao y lo troceamos. En una fuente ponemos los garbanzos,
hervidos y escurridos previamente, el bacalao y los huevos, agregamos el aceite,
el vinagre, el perejil, la sal y la pimienta y lo mezclamos con cuidado. Lo servimos
frio, con pan tostado.
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