Dulces de semillas de amapola
para lituanos…es como pastel de nata para portugueses, roscón para españoles,
flan para cubanos…es de toda la vida y para siempre…es amor a primera vista y a
primera dentada, es navidad y pascua…es bodas y bautizos. Nos acompaña en todas
y cada una de nuestras fiestas, conmemoraciones…y tasecitos y cafecitos.
El cumpleaños pasado de mi
chiquita, la regale dos libros de cocina de Beata Nichalson. Son
maravillosos…al honor de la verdad no fui tan tan así…primero abrí mi ¨cajita de levantar
autoestima¨ y dije que eligiera lo que quisiera.
Pero ella me desarmo con su respuesta simple y lógica…
-Si yo no uso esas cosas…no quiero…
Y siguió listando los libros de cocina, que tengo un montón, puñado,
burujón. Allí medio avergonzada pregunté,
si quería alguno. Ella me miró con los ojos grandes, incrédulos:
-Me regalarías?
-Los que quieras!
-Este!- levanto el de Beata.
-Llévate ambos.
-Yes!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y desde que se fue para Madrid
no deja de usarlos. Alegrando los paladares
de familia, amigos y compañeros de trabajo. Me siento más que feliz por haber
acertado en su regalo.
Y el finde pasado, mis dos
lituanas madrileñas, conmemorando…sábado y domingo, dos días de descanso,
tiempo bueno, sol brillante y tantas
otras cosas buenas, que nos pasa de a diario hicieron pastel de amapolas del
libro regalado. Y, claro está, me mandaron las fotos…para el disfrute y
envidia…ya hare yo también un día!
Ingredientes:300 gr de semillas de amapola
8 huevos
400 gr de azúcar
200 gr de pan rallado
1 cucharita de canela
1 cuchara de vainilla
750 ml de natas de 35% o más
500 gr de azúcar
Almendras en láminas para adornar
Primero: lavamos bien las
semillas de amapola con agua fría, después al recipiente donde están agregamos
agua hirviendo y dejamos por algunas horas. Mejor hacer eso por la noche y
dejar hasta la mañana siguiente. Luego vertemos en el colador para que queden
más secas posible y molemos con la máquina de moler carne o con el procesador
de alimentos.
Separamos las claras de las
yemas. Batimos las yemas con 100 gr de azúcar hasta que se pongan blancas y por
lo menos doble su volumen y juntamos suavemente con la pasta de semillas de
amapola, pan rallado y canela. Batimos las claras con 300 gr de azúcar y con mucho
cuidado juntamos a la masa. Echamos la masa en la bandeja para tartas y
horneamos a 180° C por 45-50 minutos (depende del horno, siempre, para saber si
ya está, revisen con un palito de madera).
Las natas con azúcar restante y
vainilla colocamos en el fuego y, siempre moviendo, dejamos que se diluye el
azúcar y la crema adquiera un color amarillento, pero sin ponerse espesa. Con
la mitad de crema humedecemos la panetela. Otra mitad volvemos poner en el fuego
y calentamos hasta que se ponga espesa y adquiera color de caramelo. Cuando ya
esta, dejamos enfriarse un poco y ponemos sobre nuestro pastel. Adornamos con
las almendras laminadas.
Pastel es PERFECTO! Ya había comido
un pedacito, que viajó hace unos meces de Almorox para Lisboa. Estoy buscando
el momento propicio para hacerlo. Es que da como para vente comensales….y
nosotros en casa somos….bueno, no somos venteJ.
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